ETIMOLOGÍA PALABRA SPES
Del protoitálico “SPES”, y este del protoindoeuropeo “SPÉH” (Prosperar) Compárese el hitita ispai-lispi (“llenarse”, “saciarse”), del sánscrito (SPHITA, “opulento” “rico”) y SPHAY (crecer) y, el lituano SPÉTI “estar a tiempo), “ser capaz” y el eslavo eclesiástico antiguo SPETÍ (“tener éxito”)
PROSPERUS, SOSPES, SPATIUM
Sustantivo femenino
Spés, speï
Emoción o estado de esperanza, expectativa hacia y por lo bueno.
En sentido neutral: expectación, anticipación, previsión, presentimiento.
Sinónimo latino: EXSPECTÄTIÓ
Visto como una posibilidad objetiva: posibilidad, perspectiva; promesa.
OBJETO DE LA ESPERANZA DE UNO MISMO PARA CON UNO MISMO
Persona o cosa, en la que se centra el deseo hacia la esperanza de uno
APLICADO: A los descendientes como la encarnación de las esperanzas de uno para con el futuro de bienestar.
APLICADO: También como término de infinito cariño.
ESPERANZA PERSONIFICADA EN EL SER
Actiente
Paciente proviene del verbo latino "pati", "el que sufre": el paciente espera pasivamente a que el médico o terapeuta tome acciones que lo lleven a la curación y se abandona a los resultados...
Una nueva terminología está tomando importancia progresivamente: "ACTIENTE". Esta palabra es la unión de "acción" y de "paciente", implica que el paciente tomará ACCIÓN en su propia SALUD, buscando ACTIVAMENTE tanto el autoconocimiento, como hábitos saludables.
En nuestra clínica buscamos hacer consciencia de lo VITAL de convertirse en ACTIENTES.
En contraste a las anteriores escuelas, lo Transpersonal (cuarta fuerza de la Psicología, que postula un cambio de paradigmas y amplía los modelos existentes relacionados al comportamiento humano), plantea un acercamiento terapéutico a la persona como ser participante de una realidad “espiritual”, donde el ego es un vehículo de la auténtica identidad que se esfuerza por expresarse y que utiliza “la crisis” como medio de transformación. La neurosis y la psicosis son expresiones de la identificación con el ego limitado y temporal.
En la terapia Transpersonal, la persona pasa de ser un “PACIENTE”, receptor de una técnica terapéutica que curará de su disfunción, a ser un “ACTIENTE” que experimenta un proceso de auto descubrimiento profundo acompañado por el terapeuta. Se trata, pues, de facilitar la re-conexión de la persona con su autentica identidad: EL SER.